7.13.2010

La terapia de reir

No me había dado cuenta de lo poco que me rio, y ahora, después de dos días seguidos de idas a cine a ver películas de monachitos, me siento renovada, como energizada. Reir hasta que el estómago me duele, reir hasta ahogarme en ataque de tos, reir hasta que el aliento me alcance. Reir de esa manera me encanta, sin inhibiciones.

En esta ocasión, la terapia se la debo al Buzzo y a los minions, ¡simplemente excelente!

7.05.2010

¡Rollitos!

Cada vez que los veo me dan unas ganas enormes de salir corriendo para saltar encima de uno de estos rollos de heno... ¿Por qué será?

5.22.2010

Fragmentos completos

Me sudaban las manos ahí, parada enfrente de esa puerta de madera pintada de blanco, esperando a que él apareciera del otro lado, entre la penumbra y tal vez con ese peinado que sólo un sofá o una cama es experto en hacer. En mi cabeza recitaba las mil y una formas de decir “hola” pero ninguna se escuchaba bien, estaba nerviosa, habían pasado ya varios años desde la última vez en que lo había visto y por cuestiones del azar volví a dar con su paradero. Estaba en la ciudad, al fin ambos estábamos viviendo en la misma ciudad.

La puerta empezó a abrirse y el latido de mi corazón se aceleró al punto de escucharlo en mi cabeza, como si se hubiera subido del susto. Del otro lado, una figura delgada apareció. Era una mujer. Llevaba puesto una camisa blanca, de hombre, de él. Yo, con voz entrecortada me disculpé pero pregunté por él. Ella trató de aclarar su garganta antes de decirme que había salido, pero que no se demoraba, que si lo quería esperar. Yo sólo quería salir de ahí corriendo pero dije que sí, que muchas gracias.

Me ofreció café, yo acepté, y desde la silla que ella me ofreció para sentarme, la observé caminar hacia la cocina. Era una hermosa mujer, tal vez teníamos la misma edad pero yo había envejecido más rápido. Se paró de puntas de pie para alcanzar el café, mientras su camisa blanca dejaba ver parte de sus nalgas. Era una hermosa mujer. Sentí vergüenza, de mi misma por estar ahí, sentada en la sala de alguien que ahora es un completo extraño. Por pensar que el tiempo no había pasado, que todo era igual, o que lo iba a ser cuando nos volviéramos a ver.

Mi celular sonó, y lo busqué entre mi cartera. Desde la cocina, ella me escuchó decir que ya iba para allá, que me tomaría 20 minutos en llegar. Me disculpé, le dije que vendría en otra ocasión, que una emergencia se me había presentado, y que muchas gracias por el café.

En la calle, de espaldas a su edificio, suspiré y empecé a respirar. Volví a casa, besé a mi esposo en los labios, a mi hijo en la frente, y me fui a la cocina a preparar algo cenar. Mientras cortaba vegetales, la alarma de mi celular volvió a sonar.


... los sueños.

5.18.2010

Sin las ganas

Mi vida se ha vuelto muy solitaria. Hay algunos viejos amigos cerca, pero cada cual anda en su cuento. A los amigos que están lejos, los he dejado ir. Amigos nuevos, nunca hice. Poco a poco creé una burbuja, y en ella ahora vivo con él y una gata, la pequeña Cracker.

Me doy cuenta de lo que he hecho y trato de no caer nuevamente en la obsesión de estar siempre con él, pero no es fácil. Ahora no sólo comparto la misma oficina con él, sino que vivo con él. Se podría decir que paso con él casi las mismas horas que paso conmigo misma, y eso, ahora que lo escribo de esa manera, es aterrador. ¿Cómo no caer en la dependencia cuando mi vida social y familiar se ha reducido a él y una gata?

Tengo familia cerca, a 20 min en carro. Tengo el carro pero no tengo las ganas. Ellos son muy diferentes (o yo soy la diferente) y así como no pude hacer nuevos amigos aquí, con ellos no pude pasar de la cordialidad.

Ojalá todas las cosas pudieran ser más simples pero parece que, sin importar lo que pase, siempre seré la que se aferra del lado oscuro para vivir. Siempre he sido muy negativa, de verdad que no entiendo porqué, nunca me ha faltado nada... tal vez ese sea el problema, que no se apreciar las cosas que tengo y por eso las dejo ir, como a esos buenos amigos que alguna vez tuve y ahora extraño.

Dejé que el trabajo y la vida hogareña me consumieran el tiempo y las ganas. Cuando tengo tiempo para mí (sólo para mí), no tengo las energías para hacer algo diferente a ver una película con Cracker al lado pidiendo atención y llenándome de pelos.

3.23.2010

Gané mamá, gané

La foto del arriero sin burro me ha acabado de dar una foto enmarcada en busca de pared de exhibición y 50 USD para dulces (o mercado, si he de jugar a ser adulta). Sometí un par de fotos en un concurso de la Comunidad Latino Americana de MSU pero tras ver todas las fotos en concurso pensé que ya no tenía posibilidad de ganar; no podría haber estado más equivocada. Me gané el segundo premio en la categoría Personas.

La que no ganó fue la del paisaje paramuno (para la categoría Paisajes)... y creo que era la que más me gustaba de las dos. Me trae muy buenos recuerdos.


3.09.2010

Un adiós...


Lo primero que hago al llegar al trabajo es revisar mi correo, generalmente no hay muchos, casi siempre todos son notificaciones de Facebook (no necesariamente mensajes para mí), y hoy no fue la excepción. La diferencia es que hoy empezamos con muy malas y tristes noticias, esta vez había un correo que decía: "Nena, se murió Negro!".

Negro era el caballo de mi tío Carlos, era su orgullo, su pasión. Lo compró hace como 17 años. Era un caballo maltratado pero mi tío le enseñó que la vida podía ser otra cosa. Él le prometió darle los mejores años de su vida, yo se que se lo cumplió. Pero ahora, un accidente se llevó a Negro de este mundo, dejando a mi tío destrozado y lleno de culpa. El resto de la familia está en duelo, y yo también. Negro fue muy feliz y nos alegró todos los asados en Tabio. Yo se que Negro no lo culparía nunca, los accidentes son simplemente eso... pero no hay palabras adecuadas de condolencia que yo le pueda escribir a mi tío. Sólo quisiera poderle dar un abrazo.

2.03.2010

En la recta final

Sí, en la recta final a la treintena y yo, aunque trate de lavarme el cerebro con el cuento de 29 years young, no logro quitarme esta ansiedad. Y lo que voy a escribir a continuación, lo escribo con mucha vergüenza, pero no importa, porque acá no tengo que darle la cara a nadie.

Ya casi con 30 pero sigo con la actitud de la recién graduada del colegio, sin la más remota idea de qué voy a hacer o para dónde voy cuando me gradúe el año entrante... lo cierto es que ya me cansé de escampar bajo la carpa académica. De hecho, le estoy cogiendo mucho fastidio porque yo solo quiero preocuparme por trabajar y no por presentar exámenes o darle la cara a un comité por el simple hecho de cumplir con los requisitos del departamento. Todo este cuento académico es una farsa en los estudios de posgrado, es la manera más descarada de conseguir mano de obra barata pero que sea muy productiva. Lo triste es que uno se mantiene con la idea de es que estoy aprendiendo, cuando la realidad es que hasta el mismo director de tesis sigue aprendiendo. Me siento explotada y mal pagada (a.k.a. negriada). Pero a esta verdad la acompaña otra aún más triste, esa que suena a pero por lo menos acá puedo ser independiente.

No se, creo que me perdí otra vez pero ahora con el agravante del peso de los años y este sentimiento de soledad que ha empezado a crecer con el paso del tiempo y se siente muchísimo en las fechas especiales de celebración.

Y para seguir con la ironía, ¡feliz cumpleaños para mí!

1.19.2010

Desenredando


Estoy cansada de planificar mi vida como si fuera el horario de las reuniones y tareas de la semana entrante cuando es todavía lunes de la semana pasada.
- Muchas veces he visto que ni la mitad de las cosas para hacer hoy se tacharon de la lista.
- Otras tantas se hace lo que ni siquiera estaba en esa lista.
- No hay escapatoria.

Me cansé de quedar enredada entre posibilidades.
- Mucha de la culpa se la debo a las largas horas de trabajo en la cabina de flujo laminar.
- El cerebro tiene que ocuparse en algo.
- ¿Cómo dejar la mente en blanco? Ni por que mire una pared blanca, aunque -si he de hacerlo- es más bonita la nieve.

Me sentía inmóvil entre cientos de hilos que tiraban hacia diferentes lugares.
- Hoy corté unos con mis oxidadas tijeras, aunque con mucho miedo.

--- Reason for moving out: New life.
Pero creo que el tipo que escribió que se mudaba porque necesitaba vivir más cerca a los bares es más original.

12.21.2009

Regresando a la tierrita

Otra vez en la tierrita. De vuelta al buñuelo, al pandebono (y con bocadillo, así los caleños digan que los rolos nos lo tiramos al rellenarlo), al tamalito y a la almojábana. ¡Qué delicia volver a comer esos manjares! Lo que si me daña el paseo es manejar por esta jungla de cemento ahuecado, en un par de horas me agarré con tres conductores (¡y solo uno de ellos era conductor de transporte público!). Acá el Pare es opcional y sale uno regañado si la decisión es obedecerlo. Así que mi segunda decisión fue ceder el volante, el problema es que igual ando pegada del techo y frenando con el pedal fantasma... pero hoy me dí cuenta que lo mejor es pegarse el motoso entre paradas para evitar el estrés, ¡estoy de vacaciones!

12.09.2009

Una diabla con suerte

Un año más que se pasa… cuando trabajo en la cabina de flujo laminar es cuando más me da la pensadera porque, sinceramente, no se requiere mucho cerebro para hacer diluciones o hacer pases de hongos. Horas enteras me la paso ahí sentada, todos los días de la semana, y arrullada por el sonido del ventilador empiezo a recordar las cosas por las que he tenido que pasar por las decisiones que me han tocado tomar.

Vivir no es fácil, no se trata de simplemente respirar mientras se ve todo a través de la ventana, como si fuera ajeno. Y muchas veces siento que no soy tan fuerte como creía. Y muchas veces me levanto del piso, adolorida, confundida, pero todavía con esas preguntas sin respuesta que me mueven el alma.

En un año las cosas han cambiado más de lo que hubiera esperado. Ahora vivo en un mundo traducido y socialmente me he vuelto un poco introvertida. Me han cohibido mi flash de paparazzo porque, al parecer, la realidad es algo muy difícil de aceptar para algunos. No he hecho muchos amigos y a los viejos trato de no olvidarlos. Me gusta que se oscurezca temprano y comer copos de nieve, aunque no me gusta mojarme los zapatos cuando tengo que meterlos entre nieve derretida. Me da miedo manejar de noche, y más si me toca andar en autopistas… pero por lo menos ahora ya tengo un cacharrito que me salió casi regalado... y la lista continúa pero no vale la pena extenderse.

No se porqué pero, a pesar de ser una mala mujer, he sido muy feliz. Soy una diabla con suerte. Ojalá que el cuarto de hora no se me acabe muy pronto porque yo todavía quiero dos terremotos, un gato y un perro. Esto de volver a empezar…