1.29.2011

El tito Gabrielito


El domingo falleció mi tío abuelo, mi padrino, el que me crió como a su hija, y aunque su muerte me deja tranquila (saber que él ya no seguirá postrado en una cama, entre este mundo y el otro), también me deja con un sin sabor en el alma (¿quién creyó que una muerte lenta era lo que él se merecía?). En un año mi tío quedó reducido a huesos y piel, mi tío que bailaba en año nuevo conmigo como si tuviera 5 años menos que yo. "Depende de tí si quieres verlo", me decía mi familia. "En las buenas y en las malas", pensaba yo. Apenas lo vi en su cama me eché a llorar. Su cuerpo respiraba, pero era como si él ya no estuviera ahí. Muy triste, muy impactante también.

Cuando pienso en él trato de recordarlo como era en vida, pero esa última imagen quedó impresa en mi mente.

Buen viaje, mi tío adorado, ya puedes salir a caminar.