1.09.2008

Desechando recuerdos

Una vez al año, generalmente en enero, se apodera de mí una descomunal fuerza y no me queda más remedio que doblegarme a sus infames deseos y escuchar su fatídica orden: “Laura, ya es hora de arreglar tu cuarto”. Y es así como termino arrodillada en el suelo, escarbando cuando cajón me encuentro para sacar papeles, cuadernos, cartas y fotografías que, después de una última mirada, terminan su existencia en la oscuridad de una bolsa negra de basura.

No dejo de sorprenderme al ver cuánta cosa uno puede acumular con el paso del tiempo. De hecho, ya son cinco las bolsas que he llenado de recuerdos que hoy mismo se irán con el camión de la basura, así no más, sin dolor, pena ni gloria. Ese es el poder del demonio que se ha apoderado de mi cuerpo y me obliga a no tener corazón. Pero si no fuera por él, ya estaría yo enterrada bajo miles de papeles cubiertos de ese polvo que sólo el olvido es capaz de esparcir.

Pero no sufran, los recuerdos desechados también han tenido tiempo para su venganza pues ahora estoy estrenando refriado, justo cuando pensé que me había librado del otro. Ya llevo dos días congestionada, con tos y mucho dolor de garganta. He sido castigada por tan siniestros actos de vandalismo contra mi propia humanidad.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Primero cual animador de feria de pueblo te envio un saludo cordial; un saludo espectacular de verdad que si!!!... Feliz año y felices pascuas, ojalá y descanses mucho en las vacaciones, disfrutalas, que este año se te cumplan todas las metas y objetivos. Según la epístola y siendo hoy 11 y con estos "helajes" sumerce ya se alivio de la peste ??? si no; no hay nada como la formula nº 1, una botellita de guaro!!! y santo remedio; no estoy enfermo pero te puedo ayudar con la receta... a tu salud!!!
Wilson Ramírez (worb1981)

Lalita dijo...

Jajaja, pues si no me quita la peste, que por lo menos me desinfecte la garganta! :P