1.05.2008

Reflexiones bajo nubes grises


La vida es lo que uno hace de ella.

No voy a decir que no ande preocupada por mi futuro (ya sea a corto, mediano o largo plazo), de hecho, la pensadera me está quitando el sueño cuando quisiera (y porque justo ahora podría) dormir hasta bien tarde y hasta acompañada de una pesada bola de pelos que logra aplastarme y ocupar la mitad de la cama. Sí, no niego que estoy preocupada, ¿pero qué más puedo hacer si ya hice o estoy haciendo lo que se debe? Ahora lo que me toca hacer es esperar con paciencia y confiar que la aplicación y la beca salgan.

La vida es lo que yo hago de ella.

Me gusta salir a divertirme y mucho mejor si es con un montón de amigos a los que les encante armar relajo. ¿Por qué no? Si ahora no tengo muchas responsabilidades, tengo ahorros y no ando con deudas ni hijos que alimentar (sí, porque Enki no cuenta). Todavía es el momento para hacer y deshacer, sobre todo porque aún poseo las ganas y actitud.

Soy microbióloga, quiero ser un buen científico en Ciencias Agrícolas, quiero ayudar al campesino a mejorar su producción agrícola, no soy fan de la generación de conocimiento per se sino de la aplicación práctica del mismo, tengo una maestría que se sintió más como una extensión del pregrado, ya no soy asalariada y me muero por irme del país para hacer vida en un lugar mejor, con la idea de darle mejores oportunidades a los hijos que algún día he de tener.

Eso es lo que quiero hacer con mi vida y que piense que la vida es también para gozársela ya hace de mí una persona diferente a lo que hace una década fui.

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