Nadie me dijo que en el trabajo de campo tenía que tener en cuenta la variable mapache comelón cuando fuera a hacer el análisis estadístico de la cosecha de mis viñedos...
10.18.2009
10.14.2009
The Edge
En general, odio las estaciones de radio, sobre todo si las risas fingidas y exageradas son el catch y, peor aún, cuando los comerciales parecen no terminar nunca. Sin embargo, las 4 horas que tengo que manejar gradualmente me obligaron a volver al mundo de las ondas electromagnéticas, y hace como un mes dí con una emisora de rock alternativo (mi género favorito de música) llamada The Edge (aunque tengo que admitir que yo entendía "B-ach"... me sigo preguntando cuándo aprenderé este idioma).
Acá les dejo el link para le den una oportunidad, ojalá les alegre las largas horas laborales tanto como a mí.
Acá les dejo el link para le den una oportunidad, ojalá les alegre las largas horas laborales tanto como a mí.
9.21.2009
Señales
9.17.2009
Uds se aburren...
... y yo me duermo!
Una de las cosas que me ha tocado hacer mucho como estudiante de Fitopatología es manejar por horas y horas porque mis viñedos quedan lejos del campus universitario... obviamente, el cansancio de la jornada laboral hace que la monotonía del paisaje se vuelva arrulladora y pasen cosas como "traslocación instantánea" del carril derecho al izquierdo en un abrir y cerrar de ojos... el tiempo es, en definitiva, muy subjetivo.
9.16.2009
El remedio
¿Alguno ha encontrado el remedio para el desamor?
A veces creo que nunca voy a dejar de mirar hacia atrás... todos los días lo pienso y lo veo... me siento enferma... sinceramente, no comprendo cómo me sigue pasando esto cuando tengo a mi lado una nueva vida, cuando me veo feliz... esa misma felicidad me hace sentir culpable cada vez que estoy sola, sin distracciones... acá no hay culpables de nada... tal vez soy culpable de mi misma autodestrucción cada vez que me pierdo entre fotos ajenas y palabras escritas en contextos desconocidos... soy culpable de crear un mundo maltrecho que no hace más que rayarme el alma y estrujarme el corazón... mi cabeza vuela con preguntas sin respuesta... aunque, si he de ser sincera, yo misma termino respondiéndomelas con ideas que me llenan la cabeza de una obsesión malsana.
El remedio es cortar de raíz, ya no puedo seguir llorando por lo que perdí, por lo que dejé ir... necesito, de una vez por todas, dejar de vivir en mundos paralelos... mi cabeza está a punto de estallar.
A veces creo que nunca voy a dejar de mirar hacia atrás... todos los días lo pienso y lo veo... me siento enferma... sinceramente, no comprendo cómo me sigue pasando esto cuando tengo a mi lado una nueva vida, cuando me veo feliz... esa misma felicidad me hace sentir culpable cada vez que estoy sola, sin distracciones... acá no hay culpables de nada... tal vez soy culpable de mi misma autodestrucción cada vez que me pierdo entre fotos ajenas y palabras escritas en contextos desconocidos... soy culpable de crear un mundo maltrecho que no hace más que rayarme el alma y estrujarme el corazón... mi cabeza vuela con preguntas sin respuesta... aunque, si he de ser sincera, yo misma termino respondiéndomelas con ideas que me llenan la cabeza de una obsesión malsana.
El remedio es cortar de raíz, ya no puedo seguir llorando por lo que perdí, por lo que dejé ir... necesito, de una vez por todas, dejar de vivir en mundos paralelos... mi cabeza está a punto de estallar.
9.06.2009
Sin dinero, se desperdicia
El verano pasado y este escuché la misma cosa, que no hay dinero suficiente para pagarle a trabajadores que vayan a los sitios de investigación a cosechar lo que no se necesita en el laboratorio. Pero a mi se me sigue revolviendo todo cuando veo imágenes como estas...
8.26.2009
My daily headache...
8.24.2009
El tiempo me ha enseñado a callar...
A pesar de todo el trabajo que tengo hoy encima, esta canción me sacó a otro plano existencial. Se que muchos la conocen pero no está de más que le suban el volumen a los parlantes, es una cancionzota!
7.29.2009
Entrecortado
Colgó. No pudo pararse para dar La Buena Noticia. Tuvo que quedarse ahí mismo, sentada, en el banquito donde había estado hablando por 20 minutos. Lo que le era habitual ya no lo sería, de eso no cabía duda. Me voy con él. Me lo llevo conmigo. Se puede si se quiere. La seguridad de una niña acostumbrada a tener casi todo lo que quiere la cegaba. Lo llamo y lo convenzo. Con esos pensamientos se paró del banquito y se fue a dar La Buena Noticia.
Llamó. No pudo darle de primeras La Buena Noticia. La ceguera empezaba a desvanecerse. Del otro lado del teléfono las felicitaciones no paraban. La Buena Noticia era de hecho muy buena noticia, pero ella empezaba a sentir la cabeza pesada y el corazón atormentado. Lo conseguí, dijo a la tercera llamada con un nudo armándosele en la garganta.
Suspiró. Todo va a estar bien. Es cuestión de hablar. Vale la pena. Pensaba que la suerte tenía que seguir de su lado. En ese momento nunca se le hubiera ocurrido pensar que, al pedirle que se fueran juntos como pareja, él no iba a decir nada. La ceguera residual del día le impidió ver que sólo fue ella la que se paró de la cama para ir a buscar ese computador que escondía la posibilidad de un futuro juntos. Sólo un trabajo mientras vuelve a aplicar. Frenéticamente ella buscaba entre anuncios. Él, sin decir nada, se dejaba arrastrar. La ceguera se le curó. Ella paró. No es lo que quiere. No hay nada para él. Es una locura. Miró a su alrededor. Él seguía ahí, pero ella estaba tan sola como en el día en que se fue.
Ahora veo que ninguno de los dos fue capaz de sacrificarse por el otro y que las decisiones del corazón que se toman con cabeza fría son las que más duelen y marcan el alma.
Llamó. No pudo darle de primeras La Buena Noticia. La ceguera empezaba a desvanecerse. Del otro lado del teléfono las felicitaciones no paraban. La Buena Noticia era de hecho muy buena noticia, pero ella empezaba a sentir la cabeza pesada y el corazón atormentado. Lo conseguí, dijo a la tercera llamada con un nudo armándosele en la garganta.
Suspiró. Todo va a estar bien. Es cuestión de hablar. Vale la pena. Pensaba que la suerte tenía que seguir de su lado. En ese momento nunca se le hubiera ocurrido pensar que, al pedirle que se fueran juntos como pareja, él no iba a decir nada. La ceguera residual del día le impidió ver que sólo fue ella la que se paró de la cama para ir a buscar ese computador que escondía la posibilidad de un futuro juntos. Sólo un trabajo mientras vuelve a aplicar. Frenéticamente ella buscaba entre anuncios. Él, sin decir nada, se dejaba arrastrar. La ceguera se le curó. Ella paró. No es lo que quiere. No hay nada para él. Es una locura. Miró a su alrededor. Él seguía ahí, pero ella estaba tan sola como en el día en que se fue.
Ahora veo que ninguno de los dos fue capaz de sacrificarse por el otro y que las decisiones del corazón que se toman con cabeza fría son las que más duelen y marcan el alma.
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