La navidad pasada lo ví con un tubo en la garganta para facilitarle la respiración, y ahora tiene otro en el estómago para pasarle alimento líquido. No he visto su deterioro en persona (soy afortunada), tan sólo se lo que me cuentan por teléfono o correo electrónico... el último me hizo llorar.
"... Ayer, él se despidió de la abuelita Marujita que fue a verlo. Tilcia me dijo que cuando ella salió del cuarto, él movió su mano en un adiós y se quedó llorando..."
Una despedida antes de la trombosis que le dio esa misma noche.
Mi tío ha sido completamente consciente de lo que le está pasando (después de la trombosis, tal vez ya no, espero que sea mejor para él) y, aún así, ha sido fuerte, no se ha rendido. Pero yo me sigo preguntando, ¿por qué la gente tiene que morir tan lenta y dolorosamente? Todos nos iremos de este mundo (tarde o temprano esa es la única verdad), ojalá yo pudiera decidir cuándo será mi día y cómo me iré...
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