4.25.2008

Palm wins by TKO

Desde que entró a mi vida, la palma de aceite no me deja ser feliz.

Su primer golpe fue cuando la encargada de un proyecto para determinar el agente causal de una grave enfermedad en esta planta, persona que yo estaba entrenando para que pudiera salir adelante con el aislamiento e identificación de microorganismos que, por su preparación como ingeniera, no manejaba para nada, decidió dejar todo de un día para otro para irse detrás del novio a Estados Unidos. En el momento, desconozco el paradero de este gran profesional, pero, la verdad, prefiero que siga así para evitarme los problemas que acarrearía haberle echado encima todos los cultivos de bacterias apestosas con los que no me he podido acostumbrar a trabajar. Odio las bacterias.

Su segundo y, hasta el momento, último golpe ocurrió esta semana, en forma de una nata de aceite flotante sobre el mar. Ahora esta desgracia ecológica, además de atentar contra el equilibrio natural del ecosistema, también pueda que afecte el único viaje romántico que podré hacer con el morcho antes de la separación forzada que nos espera en junio. El destino puede ser muy cruel.

Pero aún me queda la pregunta: ¿¡Qué le he hecho yo a la palma de aceite!?

3 comentarios:

El Forastero dijo...

Por lo pronto, saca de tu agenda todos los planes que involucren palmas de aceite: desde montar un gigantesco monocultivo en tierras baldías que podrían ir a parar a manos de desplazados, pasando por apoyar a gobernantes que promuevan su cultivo, y hasta medir tu tiempo para los 50 metros estilo mariposa en una piscina de aceite.

también puedes conseguir unas palmaditas en la espalda, esas no son malas.

Anónimo dijo...

Que mala pata, pero no dejes que la palma te amargue el viaje. Siempre queda la piscina, que no es lo mismo pero se puede disfrutar.
Seguro que vas a disfrutar el viaje con tu novio, como dices sera el último antes de tú viaje asi que fijo encontraras otras forma de pasarlo super bien sin entrar en la nata de aceite
Abrazos

Lalita dijo...

Jajaja, complicado Forastero, los ojos de cordero degollado de mi jefe me obligaron a aceptar trabajar con palma de aceite... por lo menos hasta que me vaya. :P

Pues si, Jaime, la piscina y demás *actividades* no dejarán que se me dañe el paseito, jejeje, me aseguraré de ello. :D