Shit happens

La tragedia a vuelto a mi vida y de la manera más infame porque ahora tengo que enfrentar varias realidades, de las peores que hay: el transporte público y las largas horas de trabajo.

Hoy alguien se llevó mi más preciado simbionte, mi bichito, mi iPod, me quedé sola, sin su compañía, sin manera de distraerme de las incomodidades de estar embutida en un enorme bus rojo taqueado de gente. El viaje fue largo, muy largo, silencioso y acalorado. No pude gritar, ni madrear a nadie, me quedé en silencio, buscando en los bolsillos de mi maleta una y otra vez, pensando que eso no me podía estar pasando. Pero sí, ya no estaba donde lo había metido. El bolsillo estaba vacío, como mi estómago. Los audífonos en mis oídos era lo único que me recordaba que sí lo tenía conmigo, que no se me quedó en la casa. Falsa esperanza. Me siento estúpida, dí papaya. Sólo espero que ese alguien lo cuide más que yo, que le de una mejor vida y que no sea tan idiota como yo de confiarse porque nunca había pasado nada. Como odio a ese alguien.

No me queda sino acostumbrarme a su ausencia, recordar los buenos momentos que me dió por 10 meses. Excelente regalo, muchas gracias, lo disfruté muchísimo y, así mismo, lo extrañaré.

Definitivamente, shit happens... a lot!