Llueve y mientras miles de gotas de agua se estrellan contra el suelo siento como una tristeza infinita empieza a invadirme. Siempre me pasa. Ni siquiera el olor de las calles que empiezan a mojarse es capaz de evitarlo. Es realmente imposible disfrazar la melancolía que llega convertida en un día gris, frío, silencioso y, para colmo, lento, muy lento... sólo me quedo esperando a que escampe.
3 comentarios:
Tu sabes que cuando quieras puedes venir a tomar un poco de sol a estas tierras y alejarte de la lluvia y del frio....una soledad mas otra soledad ya no es mas una soledad...ojala pudiera contarte todos los secretos que hasta ahora he aprendido para exorcizar la tristeza y los fantasmas, un camino que todavia estoy recorriendo...muy duro... pero pronto se vera el final de este duro camino.
Gracias por tus comentarios!
Una soledad acompañada, ¡excelente! Aunque, bueno, yo ya no ando tan sola... espero poder acompañarte pronto y, además, con mucha cerveza, heheh :D
Me alegra que ya no estes tan sola, la soledad es muy maluca pero mientras ella este presente hay que acogerla lo mejor que se pueda.
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