Sistema: Depurando...

Laura anda ocupada, tanto que ya ni tiempo le queda para actualizar el blog, quién lo creyera, pero sí, finalmente ganó la responsabilidad, bueno, no en este instante porque, claro, siempre habrán algunos minuticos para escribir cualquier bobada (lo que faltan son las ganas cuando uno llega a la casa pensando únicamente en meterse en la cama), sobre todo cuando a la PCR todavía le quedan como 40min, ya son las 5:29pm y el laboratorio se siente vacío. Sí, la sensación de vacío sí es posible, pero sólo cuando quedan 5 (o menos) gatos embatados dedicados a sus labores particulares.

No reniego para nada de esta vida que escogí, no me malentiendan pero, cuando logro salirme de mi mundo y vernos con los ojos ignorantes de otros, pienso que nuestro trabajo no parece uno como tal. Ya un atrevido me escribió que lo que yo hago él lo podía montar en la cocina de su casa, obviamente yo me quedé pensando en cómo sería una cocina como ésa y quedé con ganas de tener una, les juro que de una así nadie me saca, sería feliz encerrada por horas haciendo experimentos, vestida de blanco, con guantes de cirugía pero sin escalpelo ni paciente, y, seguramente, con unas ganas implacables de rascarme la nariz que llegan simplemente por la imposibilidad de hacerlo.

Sí, Laura anda ocupada y todavía no está ni en la mitad del proyecto cuando apenas faltan 3 meses para sustentar. Laura está sufriendo del mal de todo tesista, la falta de tiempo, que no se preocupe, le dice hasta la mismísima jefe, pero claro, ella no puede hallar la calma cuando, además, tiene que planear su futuro, asumiendo que se logra graduar sin contratiempos. Claro que ya ha entrado en crisis y ya ni un dulce bizcocho la salva del derrumbe de emociones encontradas.

Pero claro que sobrevivirá, lo que pasa es que está en su naturaleza armar video para quejarse y mejor aún si lo puede hacer en público… aunque sean pocos los que se enteren.

Bueno, y así pasaron los 40min de desparche en los que andaba, me voy a recoger mis tubitos, luego me meteré en el caótico sistema de Transmilenio (odio las horas pico) para, finalmente, llegar a casa a descansar... comeré gomas de osito.