12.14.2006

Del paraíso y aeropuertos del demonio

Mi estadía en Isla Margarita fue como estar en un aislado paraíso. Ya extraño el sol, el salado y frío mar, la fina arena, las verdes palmeras, las conchitas multicolores, las olas que trataron de ahogarme, los deliciosos cocteles que me tomé echada sobre alguna tumbona y hasta a los vendedores de cuanta maricadita se les ocurría hacer. Fue una semana bastante relajada, hizo falta alguna rumba pero bueno, mis papás terminaron por pegarme su actitud no-rumbera por esos días. Lo que me sorprendió fue la completa disposición de mi papá para probar cuánto coctel había y de repetir aquellos que nos encantaron como el Splash (amareto y jugo de naranja), el Orange Blossom (ron blanco, triple sec y jugo de naranja en granizado) y el Conga (jugo de piña y naranja con amareto y brandy). Finalmente, mi mamá sólo pensaba en que nos tomáramos 15 cocteles en nuestro último día, después de hacernos tan mala cara cada vez que nos veía todos prendos pidiendo más licor, que era casi siempre, heh.

Pero bueno, me echaron del paraíso y el regreso a Bogotá fue una pesadilla. Más de 12 horas en aeropuertos y aviones hicieron que llegara a casa con cara de zombie, zombie palenquero en chancla (por aquello del bronceado y la pinta calentana). Nos recogieron en el hotel a las 10pm, y terminamos saliendo del aeropuerto hacia las 3am (cuando la salida era a las 11:30pm). A las 4:30am empezamos el descenso pero el avión tuvo que subir de nuevo porque las condiciones del aeropuerto El Dorado no le permitían aterrizar. Obviamente, hasta que el capitán nos informó lo que pasaba, por mi cabeza pasaron muchas ideas fatalistas. Nos tocó llegar a Cali y allá, tras más de 2 horas de inmigración porque sólo había un oficial atendiendo, nos tocó esperar hasta las 10:30am (y eso que nos dijeron que nuestro vuelo salía a las 7:45am) hasta que, finalmente, llegó el avión de regreso. Llegué a mi casa antecitos del medio día, más cansada y con ganas de cama que nunca en mi vida. Conclusión: odio los vuelos charter y a Aerorepública.

Ahora, de vuelta a la vida real. No había podido escribir antes porque estaba dedicada a terminar el informe de avances que pide Colciencias. Hasta hoy lo terminé y ya estoy lista para hacer compras navideñas, prepararme para la cicloruta noctura, las novenas y demás actividades de este mes tan bacano.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hey, en horabuena esas vacaciones...
Tenaz esa desesperante espera aeroportuaria...

Si, se llegó diciembre!!

Te deseo una Feliz Navidad y un Excelente Año Nuevo!

Saludos

Leo

Lalita dijo...

Muchas gracias Leo, para tí también mis mejores deseos para esas fechas tan especiales. :D