Hoy me desperté antes de la alarma de las 6:30AM. Hacía unos años la ponía a las 6AM y a las 7AM ya estaba en camino al trabajo. Otra vez sin cobijas, el de al lado me las quita, yo me le pego, está calientito, y durmiendo profundo. Me cuesta salir de la cama, especialmente cuando al sentirme mover el de al lado me abraza, con peso de muerto, me es más fácil rendirme que pelear. Me dan las 7AM, las 7:10AM. No más, me tengo que ir. Ahora salgo a las 7:45AM. No más tarde. Me da un ataque de ansiedad si llego después de las 8AM al trabajo. A nadie le importa la hora a la que llego al trabajo. Solo a mí. Generalmente soy la primera en llegar. No hay nadie que esté mirando el reloj cuando abro la puerta del laboratorio. Soy yo la que lo mira. Cinco minutos tarde. Diez minutos tarde. Quince minutos tarde. Hoy no puedo tomarme la hora completa de almuerzo. Hoy salgo a las 5:30PM. A las 6PM. Así cuadro mis ocho horas al día. A nadie le importa. Cada cual anda en su cuento, con sus propias ocupaciones. Los días pasan, unos mas lentos, otros ni se sienten. Hoy es uno lento, muy lento. Tengo esta sensación de desasosiego, por dentro, profundo. Se me pasan las horas en el microscopio mientras la ansiedad crece. No me puedo quedar quieta y seguir contando esporas. Me da la piquiña, en los ojos, la nariz. El bicho sigue germinando, el experimento no sirvió, qué diablos, ya no es personal, no es mi tesis, la mía la terminé sin pena (qué digo, penando) y sin gloria, pero pasar es pasar, al final, ¿qué es lo que importa? Yo sólo quiero trabajar ¿Fitopatóloga? ¿Y qué quiere hacer con algo tan específico? Pero también soy microbióloga, ¿me abre más opciones? Tengo que encontrar las respuestas, tal vez así la ansiedad me deje tranquila. Yo solo quiero un trabajo, déjenme trabajar, el desempleo me asusta, lo único seguro es que las cuentas seguirán llegando. Estoy siendo fatalista, por ahora todo está bien, pero… ¿y el otro año? Tengo que arreglar la hoja de vida.